sábado, 10 de enero de 2015

Amamantar en el baño

Si partimos de la base de que la lactancia es parte del proceso reproductivo, y que a su vez éste es parte de la sexualidad, podemos comprender (y respetar) que algunas mujeres se sientan incómodas o expuestas a la hora de amamantar en público.
Por esta razón, puede que encuentren apropiadas las llamadas Salas de lactancia y en su defecto optasen por improvisar un sitio que les brinde cierta intimidad (como ser un retrete) o prefieran incluso llevar en el bolso un biberón con su propia leche para "salir del paso".

Ahora bien, cuando se trata de una mujer que quisiera dar el pecho a su hijo en cualquier momento y en cualquier lugar, y sin embargo a la hora de la verdad se siente juzgada, criticada o culturalmente desaprobada al punto de recluírse en sitios tan poco confortables como un baño público (que el propio puede tener su encanto) para cubrir una necesidad vital de su bebé (que ya ni hablemos de niñ@s!) Entonces estamos hablando de una situación que va contra la dignidad, o sea: una situación humillante para un acto noble.

Propongo revisar y defender las necesidades y preferencias de una misma, y por tanto de cada mujer, independientemente de cuales sean, basándonos en lo que entendemos por dignidad.

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