domingo, 19 de octubre de 2014

DESPUES DEL PARTO, HAY UNA "HORA SAGRADA" PARA LA MADRE Y EL BEBE (3ª FASE DEL PARTO)

Hoy no puedo de dejar de maravillarme por encontrar un titular como este.

Llevo varios meses dándole vueltas a La tercera fase del parto, intentando reflexionar al respecto y de algún modo "denunciar"  hasta qué punto interferimos en estas primeras horas.

Y no lo digo sólo a nivel socio-cultural, sino que lamentablemente, esto sucede a menudo (que no siempre) incluso en entornos de parto respetado, como si el proceso terminara con la llegada del bebé. Lo que me lleva a entender que el alumbramiento de la placenta deba entonces ser dirigido por protocolo, dando como plazo máximo 30 minutos para un alumbramiento espontáneo que difícilmente suceda mientras higienizan a la madre, cambian sábanas o evalúan posibles desgarros, por ejemplo, incluso si se realiza con el más sumo cuidado.

De momento, comparto este artículo de un periódico argentino que me ha dado esperanzas de cambio... teniendo en cuenta que , hasta donde yo sé, la Maternidad Sardá es testigo de miles de nacimientos cada año, y el personal sanitario parece estar conciente de esta fase tan crítica.


 Miércoles 01 de octubre de 2014 | Publicado por Nora Bär - LA NACION

Después del parto, hay una "hora sagrada" para la madre y el bebe


"Durante nueve meses, el bebe no tiene hambre, no tiene sed, no tiene calor ni frío... no mira los noticieros -bromeó el doctor Miguel Larguía, presidente de la fundación que lleva su nombre y ex jefe de la División Neonatología de la maternidad Sardá-. La transición [al mundo de estímulos que encuentra al nacer] debería ser de manera progresiva. Respetar «la hora sagrada» es entregar el bebe sano a la mamá para que lo apoye sobre su pecho, piel con piel. Puede hacerse también en los partos por cesárea y es probable que en un futuro podamos incluir prematuros, cuando no exista riesgo de hipotermia por falta de regulación de la temperatura corporal."

Según los especialistas, si el parto no tuvo complicaciones, no es necesario bañarlo, medirlo, pesarlo, tomarle la temperatura ni vacunarlo durante esos primeros minutos. También es importante postergar el "clampeo" o pinzamiento del cordón umbilical hasta que deje de latir.

"Parte de la sangre del bebe está en la placenta -explica Larguía-. Antes se creía que para permitir que ingresara en su organismo y prevenir la anemia [bajos niveles de glóbulos rojos en la sangre] había que sostenerlo a la altura del útero de la mamá. El médico lo sostenía en el aire y el bebe estaba aterrado, porque por primera vez sentía los efectos de la gravedad, ya que dentro de la panza de la mamá estaba en la ingravidez. Hoy sabemos que, impulsada por las contracciones del útero, la sangre fluye perfectamente si lo ponemos sobre el pecho de su mamá."

Tampoco es imperioso ni recomendable higienizar al bebe inmediatamente después del parto. Según explicó Larguía, los chicos nacen recubiertos con una sustancia grasosa que les protege la piel contra las infecciones y permite que el recién nacido repte lentamente, sin ayuda materna, hasta encontrar el pecho por su cuenta. "Durante el contacto piel con piel -dijo-, el responsable de iniciar la lactancia es el recién nacido; algunos lo logran en 15 minutos y a otros les lleva 90." Los bebes que pasaron por esa experiencia tienen más posibilidades de succionar correctamente desde el primer intento.

"Estamos acostumbrados a hacer, pero en ese momento tenemos que resignarnos a «no hacer» -concluye Larguía-. Hay que devolverles a las madres los derechos que no deberíamos haberles quitado en las instituciones."

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